Puede que alguna vez te hayas preguntado cuánto tarda cada prenda en degradarse, esta duda es tan valiosa que de eso depende contaminar menos . Para el medio ambiente, no es lo mismo comprar una fibra natural (Slow Fashion) que una sintética (Fast Fashion). La diferencia puede ser entre que, cuando la desea, esa prenda tarde de 1 semana hasta 500 años o más en desaparecer por completo.

De acuerdo con la organización Waste & Resources Action Programme, y sus últimos estudios en el Reino Unido, una prenda industrializada le dura a una persona como máximo dos años. Y aquí es cuando escuchamos esa voz lejana de nuestra madre o abuela diciendo “es que las cosas ya no las hacen como antes”, “en mis tiempos la ropa era de calidad”, “esta falda la usamos yo y tus seis tías y aún está perfecta”… Aunque suene un sermón, ¡es totalmente verdad!

 Las marcas Fast Fashion siguen la tendencia de la obsolescencia programada, la cual pone fecha corta de caducidad a los productos para que duren menos y, entonces, compremos más. Si esto se suma que la mercadotecnia nos hace desear cosas que no necesitamos, el ciclo del consumismo se vuelve una máquina con engranaje perfecto.

Ya lo hemos hablado en multitud de publicaciones; la ropa es responsable de generar 92 millones de toneladas de desperdicios sólidos al año en todo el mundo. Además, esto, al confeccionarse producir 1.715 millones de toneladas de emisiones de CO2, lo cual fue el 5,4% del total generado el año pasado. O mar, contaminación al por mayor y sin límites.

Los dos principales motivos por los que las personas dejan de usar la ropa y deciden desecharla es porque: vieron daños en las prendas debido a la mala calidad, y porque ya no les apetece usarla (una decisión que se empuja siempre por las tendencias fast fashion ).

En este post os animamos a que pongas un STOP a toda esta industria de moda rápida que está destrozando nuestro planeta. ¡Únete al movimiento de moda lenta! Compra una prenda atemporal, de calidad, que apoya a los artesanos y diseñadores que la crean. Puede que el precio sea algo más alto, pero la prenda te durará años y podrás pasarla de generación en generación. (Exactamente igual que decía nuestra abuela.) ¿Para qué comprar una camiseta que te cuesta tres euros si después de una semana esta tan amarilla que no puedes ponertela?

 Di adiós a ese consumo desmesurado en el que la producción pone en peligro a millones de personas tratadas de manera inmoral. ¡Nosotros ya nos hemos plantado y nos hemos unido al cambio.! ¿Y tú? ¿Te unes al movimiento de moda lenta ?

Redacción: Ana Hernández Sarriá.