Empecemos por lo básico, ¿qué es la nutricosmética? Se trata de suplementos nutricionales especialmente orientados a mejorar aspectos estéticos de la piel, el pelo o las uñas. Su popularidad ha crecido con los años gracias al aumento del cuidado personal ya la necesidad de complementar nuestra dieta diaria para mantener una buena salud. Incluso una dieta equilibrada puede tener carencias de colágeno, vitaminas, proteínas y minerales, elementos básicos sin los cuales podemos sufrir los efectos de un envejecimiento prematuro.
Queremos destacar que en cualquier caso estamos hablando de productos de complementan una dieta equilibrada ayudándonos a cuidarnos por dentro igual que lo hacemos por fuera, pero en ningún caso sustituyen la ingesta de ningún alimento. Pero son necesarios y así lo ha manifestado la OMS al incluirlos dentro de la pirámide nutricional. Como en todo, se recomienda un consumo moderado, siguiendo siempre las instrucciones de consumo del producto y bajo la supervisión de un especialista.
Por lo general estamos más acostumbrados a los tratamientos de nutricosmética específicos. Encabeza la lista de los complementos más comunes las cápsulas para la caída y el fortalecimiento del pelo. El ritmo frenético, el estrés o incluso trastornos hormonales pueden afectarnos y provocar una mayor caída del cabello. En los casos en los que sea alarmante hay que reaccionar y nutrir la raíz o bulbo piloso desde el interior, aportando los elementos esenciales. Queratina, quinina, vitamina B, zinc y selenio son el alimento que tu pelo necesita.
Con respecto a la piel hay dos grandes miedos: las arrugas y los posibles efectos negativos de un exceso de radiación solar. Contra las primeras hay que aportar colágeno, una molécula de elevado peso molecular por lo que es difícil que sea absorbida a través de los poros. Para asegurarnos de que llega a las capas más profundas de nuestra piel, la dermis, se recomienda tomarlo en complementos bebibles de fácil absorción. En cuanto a los efectos negativos de un exceso de radiación solar la solución es siempre la misma, una protección correcta contra los rayos UV. Siempre, en invierno pero sobretodo en verano ya que las horas de exposición aumentan. ¿Qué pueden hacer las pieles más delicadas y pálidas que se queman con facilidad para tener un aporte extra de protección? Existen unos antioxidantes que el cuerpo genera de forma natural, los carotenoides. Los niveles de estos antioxidantes bajan durante la exposición solar, por ello se recomienda aportar un consumo extra al cuerpo durante al menos un mes antes de ponernos al sol con el fin de dar a la piel tiempo suficiente para abastecer sus reservas y tolerar así mejor los rayo ultravioleta. Conseguiremos así un mejor bronceado, previniendo las alergias solares, el envejecimiento prematuro de la piel y la aparición de manchas.