Artesanía en la moda, el mejor contraataque en la era del 'low cost'

Artesanía en la moda, el mejor contraataque en la era del 'low cost'

La historia de sobra la conoces. Un buen día abres tu perfil en Instagram y haciendo scroll sientes un flechado. Los quieres. Son los pendientes favoritos de las mayores prescriptoras de moda de la red. Y ahora también los tuyos. Así, de una manera muy resumida, es lo que ha pasado en los últimos meses con los accesorios artesanales de Verbena. Gracias a sus diseños confeccionados íntegramente a mano se ha hecho un hueco importantísimo en el mercado.

Ejemplos como el de Verbena o el de Atelier Aletheia (la firma de ropa que utiliza solamente elementos naturales y tintes eco) son pruebas fehacientes de que las marcas vuelven a sus inicios en un momento en el que el low cost y la producción en cadena parecen ser los modelos de trabajo imperantes. Y es que "en moda y, sobre todo, en el lujo se buscan cada vez más los productos hechos de manera artesanal. Se ha optado por esta vuelta a los orígenes impulsando los procesos manuales, la calidad y el dominio de las técnicas tradicionales. Todo porque aportan un valor especial que suele ir acompañado de la tendencia creciente por personalizarlo todo", el diferenciarse del resto en un momento en el que lo diferente es lo que más epata.

Marcas centenarias han hecho del handmade su forma de vida. Dior o Chanel son solo dos nombres en un universo de poso cimentado sobre la calidad, la atemporalidad y las ediciones limitadas. El proceso creativo de estos productos (especialmente en el caso de los bolsos) es tan interesante para los nuevos públicos que las reproducciones de los vídeos del making off de los mismos y que las propias marcas suben a sus redes sociales ya se cuentan por cientos de miles. Lo artesanal gana adeptos por minuto. “Las marcas de lujo están apostando por la artesanía en el proceso de elaboración de sus bolsos de piel. Sin embargo, la identidad del artesano desaparece, borrada por la necesidad de reforzar la marca”.

Quizá empujados por la tradición artesana en localidades como la gaditana Ubrique, nuestro país es uno de los abanderados de esta moda. Loewe (que conecta pasado, presente y futuro en todas y cada una de sus piezas) es uno de los ejemplos más claros. Sus piezas de precisión milimétrica en las que se invierten muchas horas de trabajo se han convertido en un icono dentro y fuera de nuestras fronteras. Con muchos menos años de bagaje pero con un gran éxito a sus espaldas se sitúa por ejemplo Nana Golmar. La sombrerera que se ha puesto el mundo por montera gracias a sus diseños preciosistas creados mediante un complejo proceso que incluye el teñido de tejidos y las plumas, el bordado de la pedrería o el dar forma a los tejidos en la horma. Todo para conseguir un acabado único y ad hoc.

¿Conseguiremos que poco a poco el Slow Fashion se apodere de todo? Futuro incierto, sí. Pero parece que esta vuelta a los orígenes goza de una salud de hierro y, frente a lo que muchos vaticinaban, en las próximas temporadas irá in crescendo. Como dice Valentina nuestra CEO. Es una tendencia que va asentarse, cada vez nacen más marcas que apuestan por el hecho a mano y la diferenciación. El cliente demanda productos únicos que cuenten historias.

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