Si sois unos acérrimos defensores de las bodas de verano ¡estad muy atentos porque estoy seguro de que os cambiaré de opinión!
1 – Otoño en pleno verano: ¿Te atreverías a combinar una decoración más otoñal con una más veraniega? ¡Hazlo! Lo bueno de celebrar la boda en el noveno mes del año es la versatilidad que hay a la hora de decorar la ceremonia y la celebración. Si te gustan los detalles otoñales, los tonos dorados, ocres y anaranjados, aprovecha y por el mix de estilos otoñales y estivales.
2 – Un tono dorado que nos favorece a todos: ¿A quién no le gusta presumir de bronceado después del verano? Es fantástico, la ropa te queda mejor, tienes mejor cara y deslumbras por donde pasas. Tus invitados estarán encantados de asistir a una boda en septiembre y poder lucir sus mejores galas mostrando su bonito bronceado. ¡Por no hablar de lo guapos que estaréis vosotros!
3 – Cerrado por vacaciones: Trabajar con algunos de los proveedores de bodas en julio o agosto puede ser más complicado debido a las ansiadas vacaciones. Organizar una boda durante los meses estivales puede ser una tarea más ardua y tediosa que con la vuelta a la normalidad laboral de septiembre, cuando todos estamos de vuelta con nuevas ideas y propuestas. Además, si decide casarte en septiembre tendrás todo el verano para organizar tu boda, y lo cierto es que planear una boda en verano al lado de un buen mojito fresquito no suena nada estresante, ¿verdad? ¡Es el momento ideal para relajarse y planear el enlace de vuestros sueños!
4 – Destinos abarrotados: Una de las mejores cosas que tiene septiembre para casarse es la bajada de turistas y personas de vacaciones en todos los destinos. Te cases donde te cases, habrá mucha gente menos en el lugar de la boda, podréis reservar hoteles para vuestros invitados sin problema y evitar las temidas masificaciones. Esto es aún más evidente si elegís casaros en la costa o en el campo. El estrés será menor y podréis concentraros en lo que realmente importa: disfrutar.
5 – Vestido por aquí, vestido por allá: Ya sabéis que me encantan los vestidos de novia, y sin duda una de las ventajas de casarse cuando ya ha pasado el caluroso agosto es poder llevar un vestido tanto de tirantes como de manga larga. Es lo bueno de septiembre ¡cualquier opción es válida y perfecta para ti! Tanto si optas por un vestido de tirantes como por uno de media manga irás siempre acertada.
6 – Los días de verano: Sin duda una de las cosas que más me gustan del verano son sus días largos y sus noches interminables que invitan a celebrar todos los días algo. Este horario cambiará con el solsticio de invierno, por lo que hay que aprovechar y celebrar la vida, el amor… ¡Cualquier excusa es buena para celebrar! Además septiembre sigue siendo un mes adecuado para las bodas de tarde, con una preciosa luz natural y largas noches para bailar hasta el amanecer.
7 – Sin calor, gracias: El calor del verano a veces es insoportable. En septiembre sigue haciendo buen tiempo pero no tanto como pasar calor el dia de tu boda. Tus invitados (sobre todo los hombres) te estarán eternamente agradecidos por celebrar la boda en un mes en el que no se verán obligados a sudar el traje.
8 – Luces de verano y otoño: Una de las cosas que más me gustan de las bodas son las fotografías de ese día, un recuerdo para siempre que expresa a la perfección las emociones y los momentos felices. ¿Y sabéis lo mejor? ¡La luz de septiembre es perfecta para tener unas fotos espectaculares! Combina a la perfección las luces del verano y los tonos dorados que poco a poco se acercan al otoño.
¡Ya no hay excusa para no hacer de septiembre vuestro mes!