Fecha de caducidad en las cremas, ¿es real?

Fecha de caducidad en las cremas, ¿es real?

Sí, es real. No queremos que esto parezca una clase de química, pero teniendo en cuenta la cantidad de componentes que llevan los cosméticos, es normal que así sea. Con el tiempo estos componentes pierden propiedades porque al abrirlos, en contacto con el oxígeno esos componentes reaccionan (se oxidan) y cambian sus propiedades. 

Esto puede o no afectar a la salud del usuario, pero en cualquier caso hay que estar pendiente y tenerlo en cuenta porque utilizar un producto que no está en óptimas condiciones para el consumo no es lo ideal. Por ejemplo, si utilizamos un protector solar caducado no va a tener efectos nocivos sobre nuestra salud en sí mismo, pero el factor ya no va a protegernos de los rayos UV, lo que significa que el producto aunque no nos hace daño no está cumpliendo con su misión. 


Existen unas líneas generales en las que se mueven más o menos todas las marcas, pero no podemos afirmar a priori que unos productos tengan una vida útil más larga que el resto. Esto dependerá fundamentalmente de su composición: productos más naturales tienen menos conservantes y por lo tanto duran menos. También de su formulación, por ejemplo, no se oxida igual un tarro de crema con alto contenido en vitamina C que unos polvos de sol compactos. En nuestra experiencia los productos más sensibles a la fecha de caducidad y con los que nunca nunca jamás nos la jugaríamos serían los contornos de ojos y las cremas de sol. El primero por ser un producto en contacto con la piel más fina y sensible de nuestro cuerpo, y solo el hecho de imaginarnos una reacción alérgica en esa zona hace que nos me maree… Y en cuanto a las cremas de sol, ¡qué deciros acerca de su importancia que no os hayamos dicho ya


¿Cómo podremos saber la caducidad de nuestros productos de belleza? 

Lo pone en la etiqueta del envase, allí donde puedas encontrar los componentes, las advertencias y el método de uso. Ahí podrás encontrar el periodo óptimo de uso una vez el bote ha sido abierto. Hay dos tipos de simbolitos distintos. El primero y más común con forma de tarro de crema abierto que tiene dentro una “M” y un número. Ese número indica el número de meses que el bote puede estar abierto sin perder sus propiedades o alterarse sus componentes. Por otro lado podemos encontrar el dibujo de un reloj de arena con una fecha impresa al lado. 

Hay un tercer caso en el que no encontremos ni uno ni otro, es la excepción, esa que confirma la regla. Si no vemos ninguno de estos símbolos es o bien porque el producto puede estar abierto más de 30 meses y por ello está exento de la obligación de comunicar la fecha de consumo preferente, o bien porque es un producto monodosis que por su envase siempre estará cerrado antes de su uso y no tendrá usos sucesivos. 

 

Además de las indicaciones del propio producto, ¿qué otros factores debemos tener en cuenta para determinar si un producto está o no en mal estado?

Es importante fijarse en el color, el olor y la textura. Si el producto se ha amarilleado, le han salido grumos o ha adoptado un olor fuerte amoniacado. Si es así no lo dudes, ¡a la basura! No te compensa jugarte el riesgo de un mal resultado, una erupción cutánea o similar. Para evitar que cosas así pasen lo mejor es conservar los productos de cosmética en lugares frescos, sin necesidad de ser fríos, secos y donde no reciban luz directa. 

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